
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca autorizó la ampliación en 1,56 metros cúbicos de agua, de la captación que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá realiza en la planta de Tibitoc, ubicada en el municipio de Tocancipá, teniendo en cuenta el incremento de las precipitaciones y el comportamiento de los sistemas de regulación durante las últimas semanas.
Esta ampliación de captación de agua del río Bogotá en su cuenca alta se otorga para ser derivado exclusivamente en los meses de abril, mayo, julio, agosto y noviembre para cubrir las deficiencias del sistema Chingaza y/o hasta que la condición deficitaria de estos embalses sea superada.
Así lo informó el director de Recursos Naturales de la entidad, Edwin García, al señalar que, tras un riguroso análisis basado en modelaciones y cálculos entre oferta y demanda, la Entidad dio luz verde a la solicitud de la empresa de servicios de Bogotá, condicionada además a una medida compensatoria representada en acciones de restauración y recuperación de 166.8 hectáreas en predios de importancia hídrica ubicados en la cuenca alta del río Bogotá.
“Nuestra decisión es eminentemente técnica y está respaldada en análisis que priorizan el consumo humano, las actividades productivas que se desarrollan a lo largo de toda la cuenca y desde luego el abastecimiento energético”, afirmó el funcionario.
Cabe recordar que la Empresa de Acueducto de Bogotá cuenta en la actualidad con una captación autorizada de 8 metros cúbicos por segundo en Tibitoc y con la reciente decisión podrá elevarla hasta 9,56 metros cúbicos que luego de ser tratadas, podrían disminuir significativamente la presión sobre los embalses de los sistemas Chingaza y Agregado Sur, operados por esta empresa y que, desde 2024 han mantenido una curva sostenida de descenso en sus niveles que obligó al Distrito a decretar la medida temporal de racionamiento para Bogotá y 11 municipios de la Sabana.
Finalmente, la Corporación invita a las empresas, sectores productivos y comunidad en general a mantener como una “lección aprendida” los hábitos de ahorro y uso eficiente del agua de manera que los embalses se recuperen y el centro del país esté mejor preparado para hacer frente a fenómenos prolongados de sequía producto de la variabilidad climática.